Siempre recuerdo a un profesor (P.P.) de mi carrera de Magisterio que nos decía que lo que teníamos (y se refería a nuestro sistema educativo de entonces) sólo por el hecho de tenerlo, no quería decir que fuese lo mejor.
Y ahí quedó la sugerencia, en mi cabeza.
De vez en cuando le daba vueltas, pero mis cavilaciones siempre giraban en torno a la organización del sistema (CÓMO ENSEÑAR); creo que nunca me planteé los contenidos de la misma (QUÉ ENSEÑAR).
Pero las cosas no funcionan, nuestro sistema educativo fracasa, nuestro sistema económico también. Nuestras sociedades, lejos de ser cooperantes, son cada vez más individualistas y están faltas de empatía. Depresiones, ansiedades... Otro fracaso social.
Será que tendremos que reflexionar sobre el qué enseñar también...
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Ahora hace 100 años una mujer italiana, culta (licenciada en medicina, catedrática en antropología y catedrática en educación), viajada ( Italia, EEUU, Cataluña -España-, Argentina, Dinamarca; Inglaterra, Holanda, India, Pakistán), ideó un método educativo de carácter científico -no teórico-, que contrastó aplicándolo con niñ@s de diferentes edades y condiciones económicas y sociales; también con niñ@s de necesidades educativas especiales. Y siempre, siempre funcionó.
Ella luchó porque el gobierno italiano asumiera su propuesta para las escuelas públicas pero este método educaba al niño de forma integral, le daba conocimientos y fuerza interior, capacidad de crítica y cooperación. Hablamos de niñ@s con conocimientos, con criterio y encima, con conciencia social.
Jas Canyá! Que se dice en mi tierra...
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Desde que estudié Magisterio a ahora han pasado muchísimos años y los sistemas (educativo, económico y social) han empeorado. Ójala tuviese dos vidas más para seguir siendo utópica y creyente en el cambio producido por el debate político pero sólo tengo una vida y se me acabará pronto.
Cansada de esperar a que no sé quien se ponga de acuerdo, me he salido del sistema para encontrar uno que se me adapte como anillo al dedo. Y cuál ha sido mi sorpresa, que lejos de no encontrar nada, ha resultado relativamente sencillo ver qué otra forma es posible; y que funciona, y repito, SIEMPRE HA FUNCIONADO.
Mi apuesta personal está siendo el
Método Montessori. No obstante, se que hay muchas sendas más. Desde aquí os iré presentando cositas del método, para quien quiera descubrir alternativas y satisfacer la inquietud intelectual.
Espero que vuestra realidad os apremie a hacer estas meditaciones, deseo que os guste este viaje a través de
"365 reflexiones educativas" y persevero para que nunca dejemos de razonar; sino poquito nos quedará de Sapiens Sapiens.
